Dentro y fuera de un sueño
- Ana Luz Dieser
- 21 abr 2020
- 9 Min. de lectura
Actualizado: 21 abr 2020
Formato del trabajo: cuento.
Autora: Ana Luz Dieser.
“[…] En mi opinión, no hay mejor demostración de la locura que es la soberbia humana que esta distante imagen de nuestro minúsculo mundo. Para mí, recalca la responsabilidad que tenemos de tratarnos los unos a los otros con más amabilidad y compasión, y de preservar y querer ese punto azul pálido, el único hogar que jamás hemos conocido”.
(Carl Sagan-Un punto azul pálido)

Estaba apuradísimo. Tenía una pila de deberes por terminar y encima al día siguiente tenía que hacer una exposición muy importante en clase de Ciencias. Estaba preocupado, de esa nota dependía el resto del trimestre. Cuando la profe anotó el tema en el pizarrón me quede en blanco. El planeta Tierra. Un informe de no sé cuántas paginas explicando un montón de cosas de las que ni me sonaba el nombre, para después explicárselo a toda la clase. Simplemente no lo podía creer, sería mucho más difícil de lo que pensaba. Cuando me senté en mi escritorio para comenzar a investigar un poco, me di cuenta de que en realidad no sabía absolutamente nada del planeta en el que vivía. Me sentí un poco extraño. Dieciséis años en La Tierra y no tenía idea de cuantas especies había en ella, cómo y cuándo había surgido, nada. Suspiré, sí que iba a costarme. Tenía algunas ideas en mente pero no sabía por dónde empezar, estaba cansado y distraído, sin ganas de hacer nada. Bostecé. Me refregué los ojos. Debí haberme quedado dormido en algún momento, porque cuando miré la hora ya era pasada la media noche. Dentro de seis horas tenía que defenderme delante del aula entera y todavía no había definido ni el título del trabajo. ¿Qué hago?, pensé. Le digo a mi mamá que estoy enfermo y falto, ya está. O le digo a la profe que me quedé sin voz, que me pase la exposición para la otra semana. Y así estaba, pensando en miles de excusas para zafar cuando sentí un golpecito en la ventana de mi terraza. Me sobresalte. Estaba oscuro, así que no veía bien qué había ahí. Me acerque y prendí el velador. No creo que sea capaz de explicar ahora el susto que me di cuando vi hacia afuera. Allí estaba parado un hombre, dando golpecitos con su puño en la ventana.
-Fausto, psss, Fausto, vení.-Me decía en voz bajita. Yo retrocedí unos pasos-Dale, por favor, no te voy a hacer nada, solo quiero ayudarte.
Dude por un instante. Parecía sincero y hasta amigable. No pasaría nada por ver que tenía que decirme, ¿O sí? Me acerque a la ventana y le abrí. Entro una brisa fresca y respire profundo, llenándome los pulmones de aire.
-¿Quién sos? ¿Qué haces en mi casa?- Le pregunte curioso y a la vez alerta.
-Soy Nicolás. Vine a ayudarte con tu tarea de Ciencias.
-¿Qué?-me quede helado-No tiene sentido, ¿Cómo sabes eso?
-Vamos, dejemos de perder el tiempo, tengo que hacer algunas cosas, ¿Me acompañas?-
Me quedé mirándolo, sin decir nada-Fausto, ¿Qué otra opción tenés? Si no aceptas mi ayuda no sé qué vas a hacer en unas horas.-Y se encaminó hacia la puerta, listo para salir.
La verdad, es que Nicolás, quien quiera que fuese, tenía razón. Era mi última opción, así que me puse una campera y unas zapatillas y salí atrás de él.
Una vez que estuvimos en la calle le pregunté a dónde íbamos. Me dijo que si quería entender algo de este Planeta, tenía que ver las cosas desde cerca. No lo cuestioné, me pareció que tenía razón, pero a la vez no imaginaba a qué podía estar refiriéndose. Luego de un rato de caminar, nos detuvimos al frente de una casa no muy grande, de aspecto un tanto antiguo. Me explicó que era su casa y que allí tenía algunas cosas para mostrarme. Una vez adentro, dejamos los abrigos en el perchero y seguí sus pasos hacia lo que parecía un estudio. Al abrir la puerta tuve que entrecerrar los ojos. Estaban todas las luces prendidas, eran demasiadas para un espacio tan pequeño.
-Bueno, manos a la obra-Dijo con entusiasmo Nicolás.
Fue entonces, cuando jalando un gran interruptor hacia abajo, apagó todas las luces.
Escapo de mí una exclamación. Mis ojos no daban crédito a lo que veían. La luz dio paso a la oscuridad, y con ella miles de estrellas y planetas se revelaron ante mí. Una bóveda llena de colores y brillo, lo más hermoso que había visto en mi vida. Nicolás debió haber visto la expresión en mi rostro, porque rió sonoramente.
-Esto no puede ser real-le dije-Estas cosas solo pasan en los sueños.
-Nadie dijo que esto no lo fuera-me contestó sonriendo.-A ver-comenzó-Lo primero lo primero. La Tierra tiene unos 4.500 millones de años. Si vas a dar esa exposición, tenés que empezar por el principio.
Tocó un botón y todo desapareció. Solo había oscuridad. Y de pronto, una gran explosión y mucha luz.
-Eso, amigo mío, es el Big Bang, la gran explosión que dio origen a todo el universo, materia, espacio y tiempo.-me explicó-De todas maneras, centrémonos en La Tierra.
Al decir esto, apareció en ese gran cielo un punto azul claro, que se fue haciendo cada vez más grande. Parecía una película pero se veía todo muy real. Delante de mí se formó el gran planeta en el que yo mismo estaba parado ahora. Ahí estaba nuestro hogar, más hermoso que en cualquier fotografía que hubiese visto en mi vida.
-Hay ciertas cosas que tenés que saber-dijo Nico, despertándome de mi trance-Hay en La Tierra alrededor de 8,7 millones de especies. Solo 1,3 millones han sido reconocidos. Sé que son números difíciles de imaginar, pero lo que intento es que te des una idea de lo enorme que es esto.-dijo señalando el planeta-Hay mucho por explicar, pero todavía más por conocer. Ni toda una vida nos alcanzaría para descubrir todo lo que alberga este mundo.
Apareció en ese momento una esfera color gris clara, más pequeña que el planeta.
-Esa es la Luna, el único satélite natural que posee la Tierra. Gira alrededor nuestro y es esencial para que existan las mareas.-lo miré sorprendido, sin poder creer todo lo que me estaba diciendo.
La Tierra se alejó un poco y aparecieron otros planetas y el Sol. Todo era inmenso y muy bello. Dentro de mi cabeza, yo tomaba nota mental de todo, para poder compartirlo luego con mis compañeros.
-La Tierra es tan solo uno de los planetas que conforman a nuestro sistema solar. Sin embargo, todos comparten algo, giran alrededor del Sol. Lo hacen así y no de otro modo porque esta gran estrella es tan pesada que los atrae a todos hacia ella. En la Antigüedad los Hombres creían que todos los cuerpos celestes giraban alrededor de la Tierra. Ahora sabemos que no es así. Mirá, por allá están Saturno y Júpiter-me señaló dos planetas muy grandes y hermosos-Son sumamente importantes para nosotros.
-Pero si están re lejos-le respondí- ¿De qué nos pueden servir?
-Eso te parece, pero son los anillos gaseosos de Saturno los que nos protegen de los peligrosos que hay allí afuera. Y en cuanto a Júpiter, él tiene mucho que ver con nuestro clima. De hecho se cree que gracias a él, pudo desarrollarse la vida en la Tierra hace millones de años.
-Wow wow, sí que hay mucho para aprender del Universo- realmente me encontraba maravillado. Nunca antes me había gustado tanto aprender algo.
-Sí, lo sé. Pero vamos, el tiempo corre. Tengo algo más para mostrarte.
Nico subió el interruptor y volvió la luz, se fue toda la magia. Al salir del estudio miré el reloj, ¡ya eran las tres de la madrugada! El tiempo volaba. Caminamos por un pasillo oscuro hasta un ascensor. Al abrirse las puertas, se dejó ver un cubículo completamente transparente, como si fuera una pecera. Debo admitir que no esperaba eso, pero luego de lo que había visto en el estudio, dudaba que algo pudiera sorprenderme aún más. Sin embargo, cuan equivocado estaba. Subimos y se cerraron las puertas. Cuando Nicolás fue a tocar uno de los botones para elegir el piso, me impresioné bastante. Ese tablero tenía muchos botones de pisos que bajaban, y solo unos pocos que subían.
-Pero… ¿Cuántos subsuelos tiene esta casa?-le pregunté.
-Tantos como La Tierra.-y sonrió. Yo no podía ocultar mi nerviosismo. Después, apretó el botón de más abajo de todos. Así que íbamos a bajar.
A medida que el ascensor descendía, hacía más y más calor allí adentro. Comencé a sudar un poco, pero no dije nada.
-Llegamos-dijo mi compañero, el ascensor se detuvo y entendí el porqué de las paredes transparentes. Era para poder ver lo que había afuera, sin tener que bajarse-el Núcleo de La Tierra.
Definitivamente creí que nada podría sorprenderme ya, pero esto me dejó sin palabras. Un mar de rocas hirviendo y lava naranja fundiéndose a una temperatura elevadísima. Por favor. Ya estaba preparándome para que en cualquier momento apareciera Darth Vader bailando tango con E.T, creo que parecería algo totalmente normal dentro del escenario tan peculiar en que me encontraba.
-Bueno-comenzó Nico-un poco de teórico. La Tierra, como sabrás, está compuesta por distintas capas. Ahora mismo nos encontramos en su núcleo externo, donde se genera su campo magnético. Por allí-señaló-esta su núcleo interno, que es un poco más sólido, debido a la presión.
Apretó un botón más arriba y subimos un piso.
-Aquí estamos en la Mesósfera, todavía con temperaturas muy elevadas. El siguiente piso es la Astenósfera y el que le sigue la Litósfera, con las placas tectónicas. – y los vimos pasar rápidamente. Nos detuvimos debajo del mar, en la parte de la Corteza. Seguimos subiendo. Ya no había más subsuelos. Ahora nos encontrábamos al nivel de la superficie.
-Ahora, Fausto, tenemos otras partes interesantes para ver también-el ascensor siguió subiendo y subiendo, y nos detuvimos bien alto, desde donde podíamos ver muchos paisajes diferentes del planeta. No sé cómo esto era posible, ¡Ni siquiera había suelo!, estábamos suspendidos en el aire.
-Los ríos, océanos, torrentes, lagos-me iba señalando todo lo que nombraba-en fin, toda el agua en el planeta, forma parte de la gran masa de agua dinámica a la que llamamos Hidrósfera. Las diferentes capas de tierra que vimos hace un rato, forman parte de la Geósfera. Por allí, ves esos glaciares, son parte de la Criósfera, que incluye hielo marino, icebergs y otras cosas más-tanta información me estaba dejando un poco confundido, pero sin dudas, muy maravillado de tantas cosas hermosas que veía por primera vez.
Nico apretó otro botón y subimos más alto.
-Ahora estamos en el límite del planeta, la atmósfera. Esta capa es muy, muy importante para que podamos vivir. Nos proporciona el aire que respiramos y nos protege de los rayos más dañinos del Sol. Sin embargo, Fausto, lo más importante para rescatar de todo esto, es la Biosfera. Esta incluye toda la vida en La Tierra. Aquí hay miles de interacciones que permiten su equilibrio, que se dan todos los días desde hace muchos, muchos años. Sin la vida, todas las demás cosas que acabamos de ver, serían muy diferentes.
Comenzamos nuestro descenso y finalmente nos bajamos del ascensor hacia su casa. Sin dudas, esta había sido la noche más espectacular de mi vida. Había visto a mi planeta desde muy cerca, había palpado su realidad.
-Me temo que este es final de nuestro viaje juntos. Hay muchas cosas más que desearía mostrarte, pero creo que esto es más que suficiente para que puedas dar una gran exposición.-Nico me tomó de los hombros y me miró a los ojos-Pero Fausto, mi deseo más ferviente es que entiendas el lugar que habitás, del que formas parte y en el qué haces lo que más te gusta todos los días de tu vida. La Tierra es sin dudas un planeta muy extraño, único, irrepetible, muy especial. Nada está quieto, todo interactúa con todo. El planeta está formado por muchas partes separadas, pero interactuantes. Un mínimo cambio acá puede producir cambios en todas las demás, y nosotros ni siquiera nos damos cuenta. Quiero que esto te quede grabado como un tatuaje, no solo en tu mente, sino también en tu corazón. Todo lo que aprendiste hoy lleválo al aula en tu exposición, pero después, lleválo a todo el mundo. Necesitamos cuidar nuestro hogar. Necesitamos devolverle todo lo bueno que nos ha dado cada día desde hace miles de millones de años.
Yo me sentí tan conmovido que lo único que podía hacer en ese instante, era abrazarlo. Y así lo hice. Un abrazo profundo y con sentido. Un abrazo entre maestro y aprendiz, aprendiz y maestro. Un abrazo en agradecimiento por todo lo que me había enseñado en ese día. Un abrazo como promesa de que iba a intentar compartir esto con tantas personas como me fuera posible en mi vida. Un abrazo en el que yo podía sentir que alguien creía en mí. Ojalá todos los jóvenes tuvieran la oportunidad de conocer a alguien como Nico al menos una vez en sus vidas. Sin duda se las cambiaría.
Abrí los ojos. Me desperecé. Vi la luz entrando por mi ventana.
-Vamos dormilón, a despertarse-dijo la voz de mi mamá-hoy tenés que dar tu exposición.
Me senté en el borde de la cama y miré hacia afuera, hacia ese gran mundo que había visto en mi sueño, pero que ahora me esperaba para recorrer cada uno de sus rincones, para develar cada uno de sus secretos. Me sentí más listo que nunca, con el recuerdo vivo de una lección mágica, de un sueño que había dejado una marca muy profunda en mi corazón.
-FIN-
muy interesante historia....me hizo subir y bajar y subir y girar...espero la próxima!!!!